Del rojo al violeta, del verde al amarillo: un golpe en la rodilla, la pierna o el brazo deja marcas coloridas y más o menos dolorosas en la piel. Pero ¿por qué los moretones cambian de color hasta que sanan?
Los hematomas se producen, por ejemplo, cuando accidentalmente golpeamos el borde de una mesa con los muslos o nos caemos al esquiar. El impacto hace que la sangre se filtre desde los vasos sanguíneos lesionados hacia los tejidos corporales. El sangrado interno en general se detiene rápidamente y el hematoma resultante se endurece y se vuelve colorido. Los moretones vienen en todos los tamaños y colores del arcoíris.
¿Por qué los hematomas cambian de color?
Rojo: se puede ver una mancha roja solo unos minutos después de que nos dimos un codazo. El pigmento de la sangre que contiene hierro, la hemoglobina, y este es responsable del color rojo.
Azul-púrpura: tres horas después la sangre se ha coagulado y el proceso de curación ha comenzado. Los vasos dañados se cierran de nuevo. El moretón se está volviendo más firme ahora, acercándose a la superficie de la piel. Contiene menos oxígeno y, por lo tanto, adquiere un tono venoso azulado.
Marrón-negro: una semana más tarde, las enzimas aseguran que los residuos de sangre roja se conviertan inicialmente en el pigmento biliar marrón-negro coleglobina/verdoglobina en el curso de la cicatrización.
Verde: en poco tiempo, sin embargo, el hematoma vuelve a cambiar de color. Se vuelve verde. Esto se debe a una nueva enzima que descompone aún más los residuos de sangre restantes. Convierte el pigmento biliar en el producto de descomposición verdoso biliverdina. Las células carroñeras apoyan este proceso.
Amarillo: después de dos semanas como máximo, la mancha verde se convierte lentamente en una mancha amarilla o marrón amarillenta. La biliverdina verdosa se convierte en bilirrubina amarilla con la ayuda de otra enzima.
Después de dos o tres semanas: el hematoma se ha disipado y nuestra piel vuelve a tener su color normal.
De hecho…
- Para evitar un moretón deben enfriarse inmediatamente la zona golpeada después de la lesión.
- al elevar el área lesionada, limita el sangrado y el fluido de sangre. Esto evita incluso la aparición de los moretones.
- evitar movimientos después de la lesión reduce la circulación sanguínea en la zona afectada y favorece el proceso de curación.