Poner atención a ciertos detalles durante el día a día ayudara a fortalecer el sentimiento de confianza no solo en ellos mismos sino en su familia. Es imposible (e irresponsable) no marcar lineamentos y límites. Esto los hace sentir coartados en su libertad, pero para contrarrestar este sentimiento es necesario implementar actitudes que a la larga arrojaran excelentes resultados.

Presta atención.

Tómate el tiempo para brindarle a tu hijo toda la atención. Esto funciona de maravilla para la autoestima, porque transmite el mensaje de que son importantes y valiosos. Trata siempre de hacer una pausa para mirarlo y responder a sus interrogantes.

Mira a los ojos al hacer esto para dejar en claro que realmente estás escuchándolo. Si estás bajo estrés, hazlo saber sin ignorarlo. 

Pon límites.

Establece algunas reglas comprensibles. De esta manera, si le enseñas a poner la ropa sucia en la caja de la ropa sucia, no le permitas tirarla al piso al día siguiente. Saber que algunas reglas son irrevocables le dará a tu hijo más seguridad. Necesitarás una repetición regular, pero pronto tu hijo cumplirá con ellas. Se claro y constante y demuéstrale a tu hijo que confías en que está haciendo lo correcto.

Permite los errores.

Los niños van a cometer errores. Pero estas son experiencias valiosas para la confianza en sí mismo. Entonces, si tu hijo pone el plato demasiado cerca del borde y se cae, anímalo a pensar en que lo puede hacer mejor la próxima vez. De esa manera, no se dañará su confianza y comprenderá que está bien cometer errores. Si tú mismo cometes un error, admítelo, ya que admitir errores es un mensaje poderoso para los niños. Esto les facilita lidiar con sus propios fracasos.

Resalta lo positivo.

Todos responden al estímulo, así que haz un esfuerzo por reconocer las cosas buenas que hace tu hijo todos los días. Por ejemplo, dile a tu pareja delante del niño: «María limpió las verduras para la cena de hoy». No te límites a decir un simple «bien hecho». Esto fortalece el sentido de logro y la autoestima de los niños.

Externen sus sentimientos.

Cuando tu hijo quiera hablar, detente y escucha lo que tiene que decir. Necesita saber que sus pensamientos, sentimientos, deseos y opiniones juegan un papel. Ayúdalo a lidiar con sus sentimientos dándoles un nombre. Si acepta sus sentimientos sin juzgar, le estás dando un sentido de importancia a sus emociones y a su forma de expresarlas. Comparte tus propios sentimientos con tu hijo para que pueda tener la confianza necesaria para nombrar sus sentimientos.

Resiste la comparación.

Comentarios como “¿Por qué no puedes ser como tu hermana?” O “¿Por qué no eres tan bueno como tu primo?” Solo le recordarán a tu hijo sus defectos y despertarán vergüenza, envidia y rivalidades. Incluso las comparaciones positivas como «Eres el mejor jugador» son peligrosas porque un niño puede tener problemas para cumplir esta imagen en el futuro. Si le dejas en claro a tu hijo que lo amas por su singularidad, él también aprenderá a apreciarse a sí mismo.

Impulsa.

Todo niño necesita las señales de sus padres que dicen: “Creo en ti ¡Sigue así!» El estímulo significa reconocer el progreso, no solo el éxito. Entonces, si tu niño trata de abrocharse los botones de su chaqueta, no interrumpas su intento con un “No así. Déjame hacerlo » si no, estimula sus intentos de manera que sea él quien puede aumentar de manera rápida su autoconfianza.

Ama incondicionalmente.

La confianza de un niño florecerá cuando experimente un amor incondicional en la línea de “Te amo, no importa quién o cómo seas”. Tu hijo se desarrollará mejor, independientemente de sus fortalezas o debilidades, temperamento o capacidad. Abrazar, besa, y no olvide decir cuánto lo ama.

De hecho…

• Nuestra autoestima fluctúa día a día y hora a hora, esto es perfectamente normal.
• Las personas con baja autoestima se resisten a los comentarios positivos.
• La mayor parte del daño a nuestra autoestima es autoinfligida.

Nota: Este contenido, que incluye consejos, proporciona solo información genérica. No sustituye a una opinión calificada. Consulta siempre a un especialista o a tu médico para más información. D Hecho no se responsabiliza por esta información.